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MARÍA GUERRERO DEL RÍO, RECONOCIMIENTO "BENADALID EN FEMENINO MUJERES REFERENTES" DENTRO DE LA CATEGORÍA IN MEMORIAM 2022

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MARÍA GUERRERO DEL RÍO, RECONOCIMIENTO "BENADALID EN FEMENINO MUJERES REFERENTES" DENTRO DE LA CATEGORÍA IN MEMORIAM 2022

La edición 2022 de los reconocimientos "Benadalid en Femenino, mujeres referentes" añade la categoría de galardones "in memoriam" para reconocer y dar visibilidad a mujeres de nuestro pueblo que ya no se encuentran entre nosotras/os. María Guerrero del Río ha sido la primer vecina de Benadalid en recibir este reconocimiento.

María Guerrero del Río, más conocida para nosotros como María "La Patita", nace en Benadalid el día 21 de marzo de 1908. Hija de Josefa y Alonso, es la mayor de cuatro hermanos, Cristóbal, Juan y Alonso.

Viven del trabajo de la tierra, tienen animales, siembran el campo y sacan adelante a su familia con el sudor de su frente.

Desde muy jovencita comienza a trabajar para familias acomodadas en Gibraltar. Cobraba por aquel entonces un duro, que esperaba su familia en Benadalid para hacer algo más llevadera la dura
economía del momento.

Contrae matrimonio con Juan Andrades, con el que tiene seis hijos. Comienza una etapa muy dura en la historia de nuestro país y a su marido lo meten preso y muere en la cárcel, dejando a María viuda con 28 años y seis hijos a su cargo, con edades comprendidas entre los 8 años y los 6 meses.

Ella cae en una profunda pena de la que le cuesta trabajo salir, y con la ayuda de su familia y amigos del pueblo, consigue recomponerse para sacar adelante a sus hijos.

Contrae nuevamente matrimonio con Manuel Gutiérrez, también viudo con dos hijos pequeños.
Ambos deciden hacer una única unidad familiar para sacar adelante a ocho niños que necesitaban estabilidad y seguridad . De este matrimonio nacen cuatro hijos más, convirtiéndose en una familia de 14 miembros.

Casi desde que fue madre por primera vez, María hereda de una mujer mayor de Benadalid el oficio de ayudar a traer niños al mundo, era la partera de las mujeres del pueblo y también de los diseminados.

Además cosía ropa y era madre de leche de aquellos niños y niñas cuyas madres por una razón u otra, no tenían con qué amamantarlos.

Tras la guerra llegan los años del hambre y la escasez y Manuel se queda en el pueblo al cuidado de la familia mientras María, al igual que otras mujeres valientes de la época se dedica al estraperlo.

Andando hasta La Estación de Jimera de Libar, con un canasto en la cabeza lleno de productos cárnicos de la matanza, llega en tren hasta San Roque y de allí andando hasta La línea donde vende los productos. Con el dinero, entraba en Gibraltar y compraba alimentos de primera necesidad imposibles de conseguir en nuestro entorno. Deshacía el camino, andando, en tren y de nuevo a Benadalid donde vendía a las familias los productos adquiridos y que permitían una alimentación más o menos digna.

En el camino eran muy probables los controles de la Guardia Civil y ella siempre los sorteó con suerte, gracia y mucha inteligencia.

Además María "La Patita" en estos viajes tenía otra misión algo clandestina. Los médicos de Ronda,
conocedores de su valentía y su trabajo, le encargaban penicilina de Gibraltar. Ella hizo un cinturón con muchos compartimentos que llevaba prendido al cuerpo y allí transportaba este antibiótico imprescindible. Lo llevaba hasta Ronda, donde le volvían a dar dinero para traer más en su siguiente viaje. María con este oficio ayudó a combatir el hambre de los suyos, de sus vecinos y quién sabe cuántas vidas salvó con el cinturón que escondía bien pegado a su cuerpo.

En uno de sus últimos embarazos, el matrimonio decidió que ya era hora de parar y llevar una vida un poco más pausada, aunque nos cuentan que María muchas veces añoraba estos viajes llenos de tensión y aventura.
En Benadalid continúa su trabajo de partera y también ayudaba en el cierre de la vida, acompañando a la persona que se marchaba y preparándolos para su despedida.

María era una mujer generosa, que pese a las limitaciones y cargas familiares, jamás dejó de dar
amparo al que lo necesitó, nunca dejó a nadie con hambre teniendo ella un trozo de pan y tocino para compartir, aunque ese día en su casa se cupiese a menos.

Todo el que la recuerda dice de ella que era una mujer grande, que vino al mundo a sembrar amor, a dar luz, a cuidar la vida.

Ella forma parte de la historia de nuestro pueblo, y nos sentimos muy orgullosos y orgullosas de tener la suerte de construir para ustedes una historia de vida tan apasionante.

María, Benadalid quiere devolverte un poquito de todo eso que tu diste, por eso nuestro reconocimiento "Benadalid en Femenino" es para ti.

Conoce todas las historias de las vecinas de Benadalid que han sido galardonadas con el reconocimiento "Benadalid en Femenino" Mujeres Referentes.